SE CHUPA TEXAS EL GAS DEL SUBSUELO FRONTERIZO DE COAHUILA. NUESTRA FRONTERA PRODUCE APENAS EL 6.1 POR CIENTO DE LO DEL VECINO ESTADO
Las reservas de gas no conocen fronteras, pero, en lo que se refiere a su aprovechamiento, el Río Bravo o Grande, muestra dos realidades opuestas. Una foto aérea reciente en la frontera entre Coahuila, Tamaulipas y Texas ilustra el contraste: auge en EU y pobre actividad en México. En la imagen se aprecian mil 174 pozos de gas del lado estadounidense, mientras del lado mexicano hay sólo 9. En Texas existen 95 mil 14 pozos de gas, que produjeron unos 21 mil 700 millones de pies cúbicos diarios de gas durante 2011. Del lado mexicano, en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, la situación es diferente: aunque en la Cuenca de Burgos, la principal región productora en esas entidades, existen 2 mil 879 pozos, la producción promedio en 2011 fue de mil 345.3 millones de pies cúbicos diarios, es decir, el 6.1 por ciento de lo que produce Texas. Además, la producción en Burgos se ha visto golpeada por el crimen organizado. La formación geológica Eagle Ford, cerca de Carrizo Springs en Texas, es un buen ejemplo del auge en el sur de Texas. Aunque apenas inició su producción en 2008, 71 empresas ya trabajan en la exploración y explotación de hidrocarburos, incluyendo gigantes como BP, Shell y Exxon, así como pequeños y medianos empresarios. Según un estudio de la Universidad de Texas, en 2010, se generaron 2 mil 900 millones de dólares en ingresos y 12 mil 600 empleos en Eagle Ford Shell y se calcula que, para 2020, estas cifras asciendan a 21 mil 500 millones de dólares y 68 mil empleos. Aunque la riqueza geológica de Eagle Ford se extiende hasta Coahuila y Nuevo León, Pemex apenas cuenta con cinco pozos de producción para este tipo de gas, de los cuales el único que tiene actividad productiva es el llamado Emergente 1, ubicado en tierras coahuilenses a 10 kilometros de Hidalgo, que generó en 2011, 1.31 pies cúbicos diarios de gas y 700 barriles de líquidos. El contraste se da pese a la similitud entre las reservas de gas shale en los dos países: 681 billones de pies cúbicos en México, contra 862 billones de pies cúbicos en EU. De acuerdo con especialistas, el contraste binacional se explica principalmente por los diferentes marcos jurídicos. Mientras en Estados Unidos, los propietarios de los terrenos son dueños de lo que contiene el subsuelo y pueden aprovecharlo, en México es propiedad de la Nación y sólo puede ser explotado por Pemex. Muchos de nosotros hemos escuchado del boom económico que está teniendo el Sur de Texas, incluyendo Eagle Pass, aunque más acentuado en Carrizo Springs, Cristal City, Big Wells, incluyendo muchas otras comunidades como Pearsall e inclusive Laredo y San Antonio, mientras que del lado mexicano desconocemos cuanto tiempo pasará para que Pemex o el Congreso de la Unión tomen decisiones y valoren el marco jurídico que hasta ahora evita el desarrollo tanto de empresas privadas, como de propietarios de ranchos de la región. Una muestra más de la desatención que autoridades mexicanas le han dado al tema, es que si busca en cualquier explorador vía internet, llámese google, yahoo, etcétera, información de Eagle Ford Shell, encontrará una amplia gama de reportes sobre desarrollos, mapas, pozos, producción, mientras que si cambia la búsqueda para México no encontrará nada. Todo esto en perjuicio de inversionistas, propietarios de tierra, pero aparte para las comunidades, el desarrollo que se están perdiendo y los empleos que acá no se generan por falta de estrategia.
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