Sheinbaum responsabiliza a sexenios anteriores y advierte que la guerra contra el narco de Calderón aumentó la violencia en Michoacán

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que la actual violencia en Michoacán es consecuencia directa de las estrategias implementadas durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, al señalar que la llamada “guerra contra el narcotráfico” sólo incrementó la confrontación y debilitó las instituciones.

Durante su conferencia matutina, la mandataria calificó de “condenable, cobarde y vil” el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y vinculó el hecho con los efectos de la militarización iniciada en 2006. “La guerra con el narco no funcionó; al contrario, generó esta violencia que apenas estamos disminuyendo”, dijo.

Sheinbaum destacó que, a diferencia de las políticas aplicadas por los gobiernos anteriores, su administración mantendrá un enfoque basado en inteligencia, investigación, atención a las causas y cero impunidad, priorizando la reconstrucción del tejido social sobre la confrontación armada.

Asimismo, cuestionó a los sectores de oposición que —según dijo— insisten en retomar el modelo de combate frontal de sexenios pasados: “¿Qué propone la derecha? ¿La guerra contra el narco? ¿Que regrese García Luna? ¿Qué proponen?”, expresó.

La presidenta aseguró que su gobierno reforzará la seguridad en Michoacán y otras entidades, sin repetir los errores de las administraciones anteriores. “Vamos a fortalecer la presencia, la inteligencia y la coordinación, con atención a las causas de fondo”, reiteró.

Comparativo histórico de homicidios dolosos

Datos oficiales muestran cómo la violencia homicida ha escalado en los últimos sexenios:

• Felipe Calderón (2006-2012): aproximadamente 120 mil homicidios dolosos.

• Enrique Peña Nieto (2012-2018): cerca de 156 mil homicidios dolosos.

• Andrés Manuel López Obrador (2018-2024): más de 199 mil homicidios, el registro más alto en la historia reciente.

• Claudia Sheinbaum (2024-2025): en su primer año, 25 848 homicidios, cifra que representa una reducción del 34 % respecto al último año de López Obrador, según datos federales.

Con estos números, el gobierno federal busca sostener que la actual estrategia de seguridad se centra en contener la violencia estructural heredada, mientras enfrenta el desafío de revertir una tendencia que lleva casi dos décadas en ascenso.