Es muy desesperante no tener noticias, no pudimos verlo ni abrazarlo: Familiares de fallecido por COVID-19
Entradas y salidas al hospital, conseguir oxígeno y medicamentos fue lo que vivió Laura con su familiar desde que empezó a presentar los síntomas de Covid-19 hasta que falleció el pasado 06 de julio en Piedras Negras.
La llevamos al Seguro social cuando empezó a presentar síntomas, le hicieron la prueba y la regresaron a casa, pasó una semana y la tuve que llevar de nuevo porque seguía sintiéndose muy mal, la volvieron a regresar y empezaron nuestros días más difíciles, tuvimos que conseguir el oxígeno para tenerla en casa, con todos los cuidados necesarios.
Dijo que el medicamento que les recetó el médico (Ivermectina) no lo tenían en ninguna farmacia de Piedras Negras ni en los alrededores, por lo que tuvieron que mandarlo pedir a otros lugares, ya que mucha gente lo estaba adquiriendo, aún sin estar enfermos.
Mucho gasto, mucha incertidumbre porque nuestro familiar va sintiéndose cada vez peor, teniendo más síntomas, es difícil ver toda la situación y que no podíamos ayudar mucho.
Explicó que tardaron una semana desde que presentó los síntomas hasta que les confirmaron que se trataba de coronavirus, y mientras estuvo en casa la tenían aislada y solamente entraban al cuarto para medicarla, alimentarla y asearla, sin poder estar por mucho tiempo a su lado.
La joven narró que todo el proceso duró alrededor de dos semanas, del 24 de junio al 06 de julio, tanto en casa como en el hospital, desde que inició con los síntomas hasta que finalmente falleció.
Son días muy difíciles porque cuando están internados no hay manera de verlos, solo tienes que esperar a que te hagan las llamadas, nosotros la internamos un viernes, te hacen dos llamadas al día, una entre las 9 de la mañana y las 3 de la tarde, y la otra entre las 6 de la tarde y las 8 de la noche, te avisan cómo va, si está reaccionando bien al medicamento o si está empeorando, explicó.
A todas las personas que siguen sin creer en la enfermedad les dice que no se puede ver o palpar, pero que es real, invitándolos a que no salgan de casa y si lo hacen que sea solamente para lo esencial, evitando reuniones porque es una moneda al aire la enfermedad.
Es muy desesperante no poder tener noticias de tu familiar y sobre todo que ya no pudimos abrazarlo, verlo, ni estar con él como se hubiera querido o como regularmente se hace, tengan precaución y sean conscientes, finalizó.
Cabe hacer mención que el familiar tenía 55 años de edad y no padecía diabetes ni alguna otra enfermedad crónico-degenerativa.