El cambio de horario tiene consecuencias en nuestra salud
Ayer domingo, en la frontera de México y Estados Unidos cambiamos de horario, al adelantar nuestros relojes una hora.
El cambio de horario u horario de verano, fue implementado por primera vez en México en 2001, para aprovechar la luz solar y así ahorrar energía eléctrica. El problema es que nuestro reloj biológico no es tan fácil de cambiar como un reloj mecánico.
Los primeros días no dormimos bien. Nuestro cerebro, el hipotálamo para ser exactos, cuenta con un sistema que distribuye nuestras funciones y estado anímico en un periodo aproximado de 24 horas. Esta distribución está directamente conectada con nuestra percepción de la luz solar o falta de ella.
El sistema sabe producir ciertas hormonas que nos mantienen activos en el día y nos provocan sueño en la noche.
Cuando hay un cambio de horario, el sistema, que conocemos como reloj biológico, se desajusta, ya que está acostumbrado a ciertas horas de luz y oscuridad. Durante este periodo de confusión para nuestro cerebro podemos padecer insomnio o cansancio.
Según expertos, el cambio de hora tiene un efecto bastante negativo sobre el sueño de la persona, al producir alteraciones, lo que a su vez se traduce en que descansamos menos tiempo o peor y por tanto, nos sentimos más irritados y con mal humor.
Cambia el estado de ánimo, se produce una mayor irritabilidad, de forma que se tiene un estado de ánimo bajo y además mal humor, e incluso la persona puede sentirse depresiva o ansiosa.
Se refleja también en un peor rendimiento intelectual y físico, por la sensación de fatiga general, que supone que se tiene una mayor dificultad para la concentración intelectual. Además, nos sentimos más cansados y nos cuesta más hacer las cosas cotidianas que hacemos cada día.
Pero fuera de los aspectos negativos, aparte del ahorro económico que esto conlleva, es importante el hecho de que una reducción en el consumo de energía se traduce en un descenso de la contaminación y esto es siempre beneficioso para todos.
Afortunadamente, estos transtornos pasarán en dos o tres días que es lo que tarda nuestro cuerpo en adaptarse al cambio.