EU abre sus puertas a refugiados afganos que cruzaron desde México

La administración del presidente Joe Biden aceptó un primer grupo de refugiados afganos que solicitó asilo desde México.

Dos familias, integradas por 17 personas, incluidos varios niños, que estuvieron en Tijuana desde enero pasado, cruzaron la frontera a San Diego para trasladarse al área de la bahía de San Francisco y a Massachusetts para reunirse con familiares.

El gobierno de Estados Unidos los aceptó como solicitantes de asilo por su vulnerabilidad, excepción de la medida que desde hace dos años impide pedir asilo: Título 42.

Esto nos llena de orgullo y nos inspira a seguir adelante; ahora necesitamos ayuda para que el gobierno de México otorgue visas a otras familias que quieran venir, pero a quedarse como refugiados en México, no a cruzar a Estados Unidos, dijo a Excélsior la directora del albergue migrante musulmán Assabil, Sonia García.

García, mexicana convertida al islam, es la directora ejecutiva de la Fundación de Latinas Musulmanas del sur de California, quien hace poco más de un mes inauguró en Tijuana el primer refugio afgano en México.

Las familias que cruzaron la frontera a California huyeron de Afganistán en cuanto Estados Unidos abandonó ese país en agosto pasado. Consiguieron llegar a Paquistán, donde les dieron visas mexicanas y las musulmanas de San Diego les costearon vuelos y gastos para que llegaran a Tijuana.

Sonia García dijo a Excélsior que puede ser el inicio de un puente humanitario para personas que huyen del Talibán, si el gobierno de México ayuda a los refugiados afganos al otorgarles visas.

La dirigente explicó que si el gobierno de México otorga visas a afganos que huyen a Irán, su fundación se hará cargo de los gastos de las familias que buscan refugio en México. Pero urgió la ayuda de la Cancillería mexicana, pues, dijo, mientras esperan conseguir visa ya han matado a dos personas.

García dijo que a su fundación le interesa, sobre todo, ayudar a las viudas afganas con hijos que huyen del Talibán.

Dijo que la situación de las viudas afganas es tan apremiante que se van a ver forzadas a vender a sus hijas para poder alimentar a sus hijos.

Reiteró que, si la Cancillería mexicana les ayuda con las visas, yo me hago responsable por esas familias; ellas se quieren quedar aquí, en México, y yo respondo por mi palabra y pongo mi albergue para su ayuda.

Inram, un joven que fue el vocero de las familias refugiadas en su estancia en Tijuana, dijo a Excélsior que las 17 personas tuvieron que huir porque habían trabajado para el gobierno afgano y para las fuerzas armadas estadunidenses, por lo que el Talibán los condenaría a muerte.

Dijo que, en el caso de que no los mataran, sus hermanas estarían en Afganistán como sin vida, sin poder levantar la mirada, estudiar o incluso hablar, a menos que se les ordenara.

Durante su estancia en Tijuana, las jóvenes aprendieron a relacionarse con vecinos del refugio y aprendieron inglés básico.