Con veladoras y lociones se preparan nigropetenses para rituales de Año Nuevo
Desde hace algunas semanas, la gente en Piedras Negras empezó a prepararse para los rituales que se realizan la última noche del año para recibir el nuevo con la esperanza de que será mejor que el anterior.
Héctor Portillo, propietario de una hierbería en esta frontera, dijo que lo más solicitado en esta ocasión fueron los llamados compuestos de fin de año, que constan de una loción, una veladora para las doce peticiones al sonar las campanadas, la loción para despojo del cuerpo, spray para los cuartos de la casa, somerio para limpiarla y el borreguito de la suerte.
También tiene las veladoras de la Santísima Muerte y es para un ritual.
Además, dijo que se han estado llevando los cirios compuestos para aquellas personas que tienen una relación y se quieren casar, así como las doce velas de la Divina Providencia.
Se hace un circulo con ellas, la persona se pone en medio y es para pedir por los doce meses del año, estos son los rituales que se hacen para recibir el año, desde hace mucho es lo que la gente más se lleva.
Hector Portillo indicó que, tal como sucede cada año, mucha gente acude a adquirir los productos que utiliza para sus rituales, algunos prefiriendo las veladoras y otros los compuestos.
Algunos prefieren el compuesto del cordero manso que es para todo el año, algunos los cirios y otros las veladoras de la Santa Muerte.
Dijo que los rituales se empiezan poco antes de las 12 de la noche del último día del año y otros más el día primero; en el caso de las veladoras son rituales católicos y se bendicen el primer día del año, son de diferentes colores y se van encendiendo una cada mes.
Mientras muchas personas buscan comprar diversos productos para realizar este tipo de limpias y despojos de la mala suerte para recibir el año y tener abundancia, salud, trabajo y felicidad en el nuevo año, algunas otras solamente hacen rituales por diversión como utilizar la ropa interior de color rojo o amarillo.
También aventar lentejas al aire al compas de las doce campanadas, comer una uva por cada campanada, pidiendo un deseo, o aventar agua y barrer de adentro hacia afuera la casa.
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