Retoma actividades el padre Gerardo en parroquia de Sabinas tras donar riñón
Me siento muy bien, solo traigo una faja por la cirugía, fueron las palabras del padre Gerardo, quien ya se reincorporó a sus actividades en Sabinas el pasado fin de semana.
El sacerdote Juan Gerardo Hernández Briones se convirtió en el donador de un riñón para una paciente originaria de Piedras Negras, cirugía a la que se sometió en Chihuahua, donde ella vive actualmente.
Durante una charla con Noticieros Rancherita del Aire, el padre Gerardo, como lo conoce la gran mayoría de los fieles, dijo que llegó el pasado fin de semana a la parroquia de nuestra señora de Guadalupe en Sabinas, tuvo reuniones y ofició misas el domingo.
Recordó que hace 2 años aproximadamente inició el proceso para donarse el riñón a su amiga Cecilia Morales, a quien conoció cuando ella daba clases de inglés y asesorías de matemáticas en el Seminario de Piedras Negras hace 20 años, cultivando una gran amistad con ella y su familia.
Comentó que la salud de Cecilia se agravó al grado de que los médicos le dijeron que era candidata a un trasplante de riñón.
Al ver yo que la lista es muy larga, a los enfermos en esta situación los ponen en una lista de espera, pero se mueve muy lentamente, y a mí me ha tocado saber de personas que esperando un riñón murieron, dije ella es mi amiga y yo no quiero ver una cosa así; le ofrecí hacerme estudios, y si somos compatibles y funciona, yo estoy dispuesto.
En los últimos seis meses el padre Gerardo se sometió a una serie de exámenes de orina, de sangre, un angiotac y hasta una biopsia para que los médicos decidieran si era compatible y candidato a donar su riñón.
¿Qué significa para usted haber dado ese paso, cómo se siente, cómo lo vivió?, le preguntamos.
A lo que respondió: En el momento en que yo le dije yo ofrezco mi riñón, a partir de ahí fue mucha oración, pedirle a Dios que si era su voluntad, porque sé que es una responsabilidad con mi propio cuerpo, debo cuidar mi salud, dijo.
Aseguró que fue un tiempo de reflexionar, orar y consultar e incluso platicar con médicos para que le orientaran si su salud se vería dañada, ya que tiene un compromiso con su cuerpo y con los fieles, a quienes sirve en la iglesia, pero una vez que se cercioró que todo estaba bien, siguió adelante con su ofrecimiento.
Finalmente el padre Gerardo dijo sentirse tranquilo y muy feliz; lo que siento es alegría de haber cumplido ante Dios en el bien a una persona.
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