Bloqueos en Chiapas: El CJNG presiona para sacar al Ejército del estado
El pasado 15 de noviembre, un día que parecía común en el municipio de Jaltenango, Chiapas, se transformó en un símbolo de resistencia y miedo. La razón: un grupo de pobladores bloqueó los accesos a la cabecera municipal en protesta por la presencia del Ejército y la Guardia Nacional en la región. Esta manifestación fue el inicio de una serie de bloqueos que se expandirían durante todo el fin de semana, en un conflicto que refleja una creciente tensión en el estado sureño de México.
Este tipo de protestas no son aisladas ni simples muestras de descontento; están directamente influenciadas por la presión ejercida por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y sus aliados, el Cártel Chiapas Guatemala, que según informes locales, están reclutando jóvenes de las comunidades para forzarlos a exigir la salida de las fuerzas militares. Según varios relatos de los habitantes, la violencia no solo está dirigida hacia los opositores de la organización criminal, sino que el mismo CJNG usa el miedo y las amenazas de muerte para obligar a las personas a participar en bloqueos y protestas.
Los bloqueos, que comenzaron el 15 de noviembre en Jaltenango y se extendieron a otras comunidades como Rizo de Oro y La Paz, son una clara señal de la presencia creciente del crimen organizado en la región. Los relatos de los pobladores de Ignacio Zaragoza, un municipio de La Concordia, indican que la situación ha alcanzado un punto crítico. Los jóvenes, bajo la amenaza de violencia, se ven forzados a llevar a cabo actos de desobediencia cívica contra las fuerzas federales.
En el comunicado emitido por los habitantes, la solicitud de ayuda a los tres niveles de gobierno no solo es un llamado de auxilio, sino también una denuncia abierta contra la falta de acción. La presencia del CJNG en la región parece estar en aumento, y sus acciones no solo afectan a la población civil, sino que también están creando un clima de intimidación y miedo que paraliza a las comunidades afectadas.
La respuesta del gobierno y la tensión creciente
A pesar de los esfuerzos del gobierno local y de las fuerzas federales por contener la violencia y restaurar el orden, los bloqueos en Jaltenango el 17 de noviembre indicaron que las protestas no solo siguen vigentes, sino que se amplían. En este caso, campesinos provenientes de otros pueblos cercanos, y no habitantes de Jaltenango, se unieron a los bloqueos. Su objetivo era claro: exigir la salida de 40 soldados y 10 policías estatales de la región. Sin embargo, a pesar de la presión ejercida por los manifestantes, los soldados y policías permanecieron firmes, sin ceder ante las demandas.
Este evento subraya la complejidad de la situación en Chiapas, donde la presencia del crimen organizado se mezcla con los conflictos sociales y la debilidad de las autoridades locales. La protesta en Jaltenango fue una reacción no solo contra la presencia militar, sino contra la creciente inseguridad que afecta a la población de manera directa.
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