Crece la violencia en Chiapas: detienen a cuatro presuntos miembros del Cártel Chiapas y Guatemala
En medio de un preocupante incremento en la violencia en Chiapas, autoridades lograron la detención de cuatro presuntos integrantes del autodenominado Cártel Chiapas y Guatemala (CCyG), durante un operativo realizado en un área rural del municipio de Villaflores.
El enfrentamiento ocurrió cuando elementos de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), la Policía de Investigación (PDI), la Policía Estatal Preventiva (PEP) y la Guardia Nacional repelieron una agresión armada del grupo criminal. Los detenidos, identificados como Julián “N”, Ricardo “N”, Ángel “N” y Reyna “N”, portaban armas de alto calibre y chalecos tácticos con la leyenda del cártel, lo que confirma la consolidación de esta organización como un nuevo actor en el panorama delictivo de la región.
Tras el enfrentamiento, las autoridades aseguraron un arsenal y vehículos utilizados por el grupo para sus operaciones:
Tres armas AK-47.
Dos armas largas calibre .22.
Siete cargadores abastecidos.
Cuatro vehículos tipo pick-up y dos motocicletas.
Equipo táctico, cuchillos y cámaras fotográficas.
Los detenidos y el material asegurado fueron puestos a disposición de las autoridades correspondientes para continuar con las investigaciones.
Aunque el Cártel Chiapas y Guatemala no está reconocido oficialmente en los mapas delictivos, su nombre ha comenzado a figurar en reportes locales y operativos recientes. Este grupo estaría vinculado a disputas por el control de la zona fronteriza con Guatemala, una región estratégica para actividades ilícitas como el tráfico de drogas, armas y personas.
En julio pasado, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) reportó el hallazgo de 19 cuerpos en La Concordia, Chiapas, un hecho atribuido a enfrentamientos entre el CCyG y el Cártel de Sinaloa. Este conflicto refleja la intensificación de la violencia en el estado, donde otros grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación también luchan por rutas estratégicas.
La escalada de violencia en Chiapas evidencia una preocupante falta de control institucional. Recientemente, 16 policías municipales de Comitán fueron detenidos por presuntos vínculos con actividades criminales, un golpe a la confianza ciudadana en las autoridades locales.
Este panorama no solo pone en riesgo la seguridad de los habitantes, sino también la estabilidad social y económica de Chiapas, que se encuentra atrapado en una lucha territorial entre cárteles y una evidente crisis institucional.
Las autoridades enfrentan el reto urgente de recuperar el control en el estado y garantizar la seguridad en una región que se perfila como un nuevo epicentro de violencia en el país.
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