Drogadicción perturbó identidad de una madre, llegó a vestirse y actuar como hombre frente a sus hijos
Una mujer de 25 años que se vio atrapada por las drogas terminó con un caso grave de crisis de identidad que perturbó la relación con sus propios hijos, ya que se vestía y se comportaba como hombre, hasta que tocó fondo.
Sus hijos fueron afectados a tal grado que en algún punto no sabían si decirle mamá o papá, por lo que decidió internarse voluntariamente en un Centro de Rehabilitación para recuperar su vida.
Desde los 15 años se enganchó con distintas sustancias como cristal, mariguana, fentanilo, y aunque reconoce que tenía problemas de identidad desde entonces, fueron las drogas las que detonaron su comportamiento errático.
Gina ahora concluyó su rehabilitación, recuperó su identidad, se casó y lleva más de dos años en la casa de rescate Cristo Rompe Las Cadenas, donde actualmente se prepara para, junto a su familia, ayudar a otros que han caído en las garras de las drogas.
Yo era una persona adicta al cristal, a la mariguana, era una persona alcohólica y también tenía problemas con mi identidad como mujer; a pesar de que ya tengo dos hijos yo creía que mi identidad era ser hombre, puntualizó.
Explicó que no solo se vestía como hombre, sino que se cortaba el cabello y actuaba como si hubiera nacido como masculino, comportamiento que detonó por el abuso de drogas.
Cuando yo comencé a consumir cristal fue cuando yo ya me comencé a vestir de hombre, pero en sí yo ya tenía problemas, yo creo que más que nada es que de niña padecía de diferentes abusos y sentía que mientras más hombre me miraba a mi ya nadie me iba hacer daño, pero el consumo de drogas fue el que me dio valor para vestirme así, dijo Gina.
Reconoce que sus hijos fueron los más afectados por la crisis de identidad, ya que la veían en ocasiones con parejas hombres y en otras con mujeres, por lo que también los menores tuvieron que sanar muchas cosas, con el apoyo del centro de rehabilitación.
Gracia a la rehabilitación, Gina se casó y volvió a mandar a sus hijos a la escuela, procurando una vida mejor, y ahora se prepara para atender un centro de rehabilitación en otra ciudad.
Ellos (los hijos) están bien agradecidos principalmente con nuestro pastor, porque ellos no se imaginaban verme con un vestido, vestida de mujer o en buenas condiciones, porque ya me miraban y se asustaban; yo pensé que esa ya era mi vida, que yo no merecía ser restaurada, pero hay una solución, que es Cristo principalmente, finalizó.
Compartir nota