¿Por qué hoy se pone de cabeza a San Antonio? La tradición que busca el milagro del amor
Cada 13 de junio, miles de fieles celebran con devoción a San Antonio de Padua, uno de los santos más queridos y populares de la Iglesia Católica. Lo llaman el “santo de los milagros”, el “patrono de los objetos perdidos”, pero sobre todo, es conocido por ser el protector de los enamorados y el intercesor ideal para encontrar pareja.
Pero más allá de las oraciones y misas, hay una tradición que llama poderosamente la atención: poner a San Antonio de cabeza. ¿Por qué se le da la vuelta a un santo tan venerado? La respuesta está en una mezcla de fe, historia y una pizca de picardía popular.
La historia detrás de la tradición
La leyenda cuenta que una mujer desesperada por encontrar marido acudió a la tumba de San Antonio a pedirle un milagro. Mientras rezaba, tuvo una visión en la que el santo se le apareció... ¡de cabeza! En el techo del templo, San Antonio le dio instrucciones precisas que la llevaron a conseguir una dote y finalmente casarse con el hombre que amaba.
Desde entonces, poner a San Antonio de cabeza se convirtió en una especie de “chantaje santo”: si no ayuda, no se le devuelve a su lugar. Las personas lo voltean y le hacen peticiones, especialmente en temas del corazón. Una vez concedido el favor, la imagen debe ser colocada nuevamente de pie como muestra de gratitud.
Algunos incluso van más lejos y esconden al niño Jesús que el santo sostiene en sus brazos, prometiendo devolvérselo cuando el milagro se cumpla.
Esta tradición, mezcla de devoción y simpatía popular, se ha mantenido viva a través de generaciones, sobre todo entre mujeres que buscan al “indicado”. San Antonio, dicen, no falla.
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