Fármaco experimental frena hasta 60% la progresión del Alzheimer
El fármaco experimental Donanemab demostró frenar hasta 60% la progresión del Alzheimer en su fase temprana, según los resultados de un ensayo clínico.
Esto en el marco de la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer que se lleva a cabo en Ámsterdam, Países Bajos, se difundieron los resultados de un estudio que marca un hito para quienes padecen esta patología neurodegenerativa.
Según los ensayos fase tres, el tratamiento con donanemab retrasa la progresión de los problemas de memoria en aproximadamente un tercio, pero que esa tasa puede alcanzar el 60% si la administración del fármaco se inicia cuando los pacientes solo tienen un deterioro leve.
En mayo, la farmacéutica Eli Lilly, que desarrolla el medicamento, había anticipado los datos preliminares de la investigación y ahora, los representantes del laboratorio presentaron los resultados en el congreso internacional y publicaron los resultados en la revista científica JAMA, el medio especializado de la Asociación Médica Estadounidense.
El ensayo TRAILBLAZER-ALZ 2 incluyó a 1.736 participantes de entre 60 y 85 años. Al igual que el medicamento Leqembi, de Eisai y Biogen, donanemab es un anticuerpo monoclonal diseñado para eliminar los depósitos de la proteína llamada beta amiloide del cerebro de los pacientes con la enfermedad neurodegenerativa.
Leqembi fue recientemente aprobado por la FDA y en el caso de donanemab, la Asociación de Alzheimer anticipó que Eli Lilly ya completó su presentación a la agencia regulatoria de EEUU para la aprobación tradicional y espera obtener la autorización en el transcurso de este año.
Los resultados del ensayo donanemab han sido prometedores. Según el estudio, el medicamento experimental logró ralentizar significativamente la progresión clínica de la enfermedad a las 76 semanas de tratamiento en los participantes que presentaban Alzheimer sintomático temprano y patología amiloide y tau.
“Los resultados ilustran que iniciar el tratamiento lo antes posible permite la posibilidad de un mayor efecto beneficioso, pero también que existe la posibilidad de ralentizar la progresión de la enfermedad incluso cuando el tratamiento se inicia más tarde en la progresión de la enfermedad”, dijo María Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer en un comunicado.
“Estos beneficios son reales y significativos, ya que brindan a las personas más tiempo para participar en la vida diaria, permanecer independientes y tomar decisiones futuras sobre el cuidado de la salud”, agregó la experta.
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