Dan Schneider demanda por difamación a creadores de “Quiet on Set”
El productor Dan Schneider presentó una demanda por difamación contra los productores de la docuserie “Quiet on Set: The Dark Side of Kids TV”, que destapa supuestos abusos y conductas indebidas en algunos de los programas infantiles más exitosos de finales de la década de 1990 y principios de siglo.
En un documento presentado ante un tribunal de Los Ángeles, California, Schneider demandó a Warner Bros, Maxine Productions, Sony Pictures y a las productoras Mary Robertson y Emma Schwartz.
La demanda llega más de un mes después del estreno de la serie de Investigation Discovery que sigue el ascenso de Schneider como productor de populares programas de televisión en “The Amanda Show”, “All That” o “Zoey 101”.
El documental, de cinco capítulos, expone testimonios de trabajadores del canal y de algunas estrellas infantiles de dichos programas en los que acusan a Schneider de haber creado un ambiente de trabajo hostil y de sexualizar a las estrellas infantiles en los programas que él lideraba.
Uno de los casos más controvertidos es el testimonio de Drake Bell, protagonista del exitoso programa “Drake & Josh”, quien hizo pública por primera vez la experiencia de abuso sexual que sufrió por años de parte de Brian Peck, un entrenador de diálogo de Nickelodeon.
Aunque Schneider reconoce en la demanda que en sus programas de Nickelodeon trabajaron dos pedófilos, considera indiscutible que él “no tuvo conocimiento de los abusos, no fue cómplice de los abusos y condenó el abuso una vez se descubrió”.
El texto también admite que Schneider “fue ciego ante el dolor que algunos de sus comportamientos causaron en sus colegas” y que “lamentará dicho comportamiento el resto de su vida”.
“Pero lo que no es -y lo que manchará para siempre su reputación pasada y presente- es un abusador sexual de menores”, ahonda.
Anteriormente, Schneider había publicado una entrevista en YouTube en la que aseguraba que se sentía avergonzado por algunos de sus comportamientos del pasado y que le debía una disculpa a algunas personas.
En un comunicado recogido por medios nacionales independiente de la demanda, Schneider dijo que “no tenía más remedio que emprender acciones legales” contra los creadores de la docuserie por insinuar falsamente que él estuvo involucrado en los crímenes “por los que los depredadores de niños reales han sido procesados y condenados”.
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