Osiel Cárdenas Guillén, de mecánico a jefe histórico del Cártel del Golfo y Los Zetas

Osiel Cárdenas Guillén, de origen humilde, pasó de ser obrero y mecánico, a crear uno de los cárteles más sanguinarios de la historia de México: Loz Zetas.

Cárdenas Guillén, también conocido como El Matamigos, El Loco y otros tantos apodos, nació en Matamoros, Tamaulipas, el 18 de mayo de 1967, en una familia pobre, lo que lo llevó a abandonar sus estudios tras terminar la secundaria y a desempeñar diversos trabajos, como ayudante de mecánico, mesero y empleado en una maquiladora.

A los 19 años se casó con Celia Salinas Aguilar, quien en ese entonces se desempeñaba como la empleada en una fábrica. Paralelamente, Guillén tuvo su primer contacto con el narcotráfico, pues comenzaba a vender cocaína.

Así, la vida de Guillén comenzó a relacionarse con el crimen. En 1989, a los 22 años, fue detenido en su natal Matamoros por los delitos de homicidio, abuso de confianza y daños a la propiedad; sin embargo, sólo pasó una noche en la cárcel y salió bajo fianza.

Apenas un mes después, El Patrón regresó a la cárcel, acusado de los delitos de amenazas y lesiones, pero fue puesto en libertad el mismo día. Fue en 1992 cuando se le detuvo en Brownsville, Texas, al encontrársele dos kilos de cocaína, crimen por el que fue sentenciado a 63 meses de cárcel.

Sin embargo, por tercera vez, no cumplió su sentencia completa, pues regresó a México como parte de un intercambio de reos con Estados Unidos. Ya en su país fue puesto en libertad, otra vez, en 1995, año en el que comenzó a hacer contactos en Colombia.

No hay muchos datos de cómo Cárdenas Guillén logró ascender en una asociación criminal naciente que, para 1996, tenía ingresos de miles de millones de dólares gracias al tráfico de drogas hacia los Estados Unidos: el Cártel del Golfo.

El Cártel del Golfo fue fundado en 1984 por Juan García Ábrego, quien asumió y transformó el negocio de su tío, que consistía en traficar alcohol a Estados Unidos, implementándole también el tráfico de drogas.

El Cártel del Golfo tuvo un rápido ascenso en el mundo criminal mexicano e internacional gracias a que logró un acuerdo con el Cártel de Cali, organización criminal colombiana que tuvo que recurrir a García Ábrego luego de que Estados Unidos afectó su principal ruta de contrabando, el mar Caribe.

Juan García Ábrego fue detenido en 1996, dejando el mando del Cártel del Golfo —que para entonces ya tenía control del tráfico de drogas a Estados Unidos con aviones, jets y túneles subterráneos— a Osiel Cárdenas Guillén.

Como líder del Cártel del Golfo, Cárdenas Guillén decidió desarrollar el brazo militar de la organización. Su principal apuesta fue reclutar a, al menos, 31 antiguos soldados de las Fuerzas Especiales de México para que actuaran como sus agentes de seguridad; a cambio, les ofreció el triple de su sueldo que recibían como miembros de la ley.

Nacimiento de Los Zetas gracias a Osiel Cárdenas Guillén

Como parte del Cártel del Golfo, el brazo militar (que más tarde tomaría el nombre de Los Zetas por la forma en la que se llamaban al interior de la policía de acuerdo con su rango) se adaptó a la forma de trabajar de Cárdenas Guillén, confrontador y sin códigos.

Además, los futuros Zetas se veían muy superiores a los otros cárteles, pues tenían un despliegue, operación y estrategia superior a las organizaciones criminales mexicanas en aquellos años.

El Cártel del Golfo y Los Zetas trabajaron como una misma organización hasta 2003, año en el que finalmente fue detenido Osiel Cárdenas Guillén, quien ya era buscado por las autoridades de Estados Unidos, mismas que ofrecieron una recompensa de, entonces, 2 millones de dólares por su captura.

La reestructura del Cártel del Golfo le dio la oportunidad a las cabecillas de su brazo militar de salir y comenzar a operar por su cuenta, adoptando el nombre de Los Zetas, que se convirtió en la amenaza más temida y violenta en un país decidió declararle la guerra al narco.

El 14 de mayo de 2003, Osiel Cárdenas Guillén fue detenido en su natal Matamoros. Luego de su captura, fue trasladado al penal del Altiplano, en el Estado de México, desde donde aparentemente seguía siendo la cabeza del Cártel del Golfo.

Sin embargo, el 7 de marzo de 2005 fue extraditado a Estados Unidos, cuyas autoridades le propusieron un trato que no rechazó: se declararía culpable y ofrecería disculpas a cambio de una sentencia que no pasaría los 25 años y una multa.

A los 43 años, en julio de 2019, en una corte de Brownsville, Texas, Cárdenas Guillén se declaró culpable y la jueza Hilda G. Tagle escuchó la recomendación de la Fiscalía de Estados Unidos, dándole al uno de los capos más buscados una sentencia de apenas 25 años de cárcel, ya tomando en cuenta el tiempo que estuvo tras las rejas en México.