Ladrones arruinan pintura rupestre de 2 mil años por robarse un pedazo, en Cuatrociénegas
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) denunció el robo de una pintura rupestre en La Cueva Pinta, en Cuatrociénegas, Coahuila, tras constatarse daños irreparables en el sitio arqueológico.
Con una sierra eléctrica, los responsables extrajeron una figura en forma de mano, que también afectó otras dos representaciones.
La denuncia fue interpuesta por el INAH ante la FGR contra quienes resulten responsables. La pintura, de tonos rojizos, formaba parte de un panel de cinco metros de ancho con más de 150 figuras, muchas de ellas creadas entre cinco mil y 500 años antes del presente.
Francisco Aguilar Moreno, director del INAH en Coahuila, explicó que con el uso de una sierra eléctrica se cortó parte de la pared para sustraer una placa con la figura de una mano pintada. Fragmentos del material hallados en el suelo, evidenciaron la destrucción.
El sitio se encuentra en la Sierra de Australia, dentro de un área de gran relevancia histórica y cultural. Este lugar ha sido objeto de estudios científicos y es reconocido como uno de los enclaves arqueológicos más antiguos del país.
Dicho panel afectado incluye figuras en colores rojo, amarillo, blanco, negro y naranja, creadas por grupos de cazadores-recolectores que dejaron plasmada su vida cotidiana en las paredes de la cueva.
La Cueva Pinta también contiene representaciones antropomorfas, como la de un chamán, que también sufrió daños durante el ataque.
El INAH calificó el acto como una grave afectación al patrimonio arqueológico nacional y subrayó que las acciones perpetradas afectan su valor histórico y cultural de manera irreversible.
El patrimonio arqueológico mexicano está protegido por la Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos. La Secretaría de Cultura y el INAH hicieron un llamado para que las autoridades apliquen todo el peso de la Ley contra los responsables.
En el municipio de Cuatro Ciénegas existen más de tres mil sitios arqueológicos. Sin embargo, muchos enfrentan riesgos por su ubicación remota o en propiedades privadas.
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