Obispo de California deja de dar misa por temores de redadas migratorias
El obispo de San Bernardino, Alberto Rojas, quien encabeza a más de 1,5 millones de católicos en el sur de California, ha dispensado formalmente a los feligreses de su obligación semanal de asistir a misa tras las detenciones de inmigrantes en dos propiedades parroquiales de la diócesis.
La dispensa es una medida que suele estar reservada para circunstancias atenuantes, como la pandemia de COVID-19. Pero Rojas dice que es necesaria ahora, ya que el miedo a ser detenido y posiblemente deportado de Estados Unidos ha invadido las comunidades, incluidas las iglesias católicas.
Hay un miedo real que afecta a muchos en nuestras comunidades parroquiales, de que si se aventuran a cualquier tipo de entorno público serán arrestados por agentes de inmigración, señaló Rojas en un comunicado el miércoles.
“Lamentablemente, eso incluye asistir a misa. La reciente aprehensión de individuos en dos de nuestras parroquias católicas sólo ha intensificado ese miedo. Quiero que nuestras comunidades inmigrantes sepan que su Iglesia está con ellos y camina con ellos en este momento difícil”, agregó.
Salvo por una razón grave, los católicos están obligados por su fe a asistir a misa los domingos y días de precepto. En mayo, la diócesis de Nashville en Tennessee emitió un comunicado similar tras acciones de control migratorio en el área, excusando a aquellos que temían asistir a misa de su obligación sagrada, aunque no se especificó que fuera una dispensa formal.
Rojas es un inmigrante él mismo. Nació y creció en Aguascalientes, México. Ha sido constante en su apoyo a los inmigrantes, y al asumir el puesto de obispo señaló que sería una de sus principales prioridades.
En junio, el gobierno del presidente Donald Trump incrementó significativamente los arrestos y redadas migratorias en el sur de California, particularmente en Los Ángeles. Agentes federales han efectuado redadas en lugares de trabajo y espacios públicos, y han aprehendido a cientos de personas.
Ese mismo mes, mientras agentes federales realizaban arrestos y el gobierno federal desplegaba la Guardia Nacional para mantener el orden durante una serie de protestas en Los Ángeles, Rojas emitió un comunicado en el que denunció que agentes federales ingresaron a propiedades parroquiales y detuvieron a varias personas, creando un ambiente de miedo y confusión.
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