El recalentado de Año Nuevo: tradición que sabe mejor al día siguiente
¿Por qué el recalentado de Año Nuevo sabe mejor?
Después de las celebraciones de Nochebuena y Año Nuevo, muchas familias mexicanas reviven una tradición muy querida al día siguiente: el recalentado. Se trata de volver a calentar y disfrutar los platillos que quedaron de la cena especial, como pavo, bacalao, tamales o ensaladas.
Aunque parece un dicho popular, hay razones concretas por las cuales estos sabores suelen percibirse más intensos y deliciosos al día siguiente. Cuando los alimentos se guardan y reposan, los sabores de los ingredientes, especias y salsas tienen más tiempo para mezclarse y homogeneizarse. Esto significa que los distintos componentes del platillo se integran mejor, lo que puede resultar en un sabor más balanceado y profundo cuando se recalientan.
Además, durante el proceso de enfriamiento y posterior calentamiento ocurren cambios químicos y físicos en los alimentos: parte del agua se evapora, concentrando los compuestos de sabor, y las estructuras de las proteínas y otros elementos se reorganizan, liberando aromas y sabores que quizá no se percibieron tanto en la preparación original.
Esta combinación de tradición familiar y ciencia culinaria convierte al recalentado en un momento especial de convivencia, donde los sabores del día anterior parecen aún más ricos.
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