¡Feliz Día de los Abuelos! Celebran familias a los más sabios de la casa en su día
A pesar de que en la mayoría de los países se celebra el Día Internacional del Abuelo el 26 de julio por tradición católica, ya que ese día se festeja a los abuelos del niño Jesús, San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María, en México se celebra a los más sabios de la casa cada 28 de agosto.
El inicio de la tradición mexicana de celebrar a los abuelos no ha sido aclarado, ya que, por un lado, se le atribuye al Instituto Nacional de la Senectud (INSEN, ahora INAPAM) la instauración en 1982 del Día de la Vejez; una versión posterior, en 1994, ya como Día del Abuelo, fue popularizada en la misma fecha por el locutor chihuahuense Edgar Fernando Gaytán Monzón, en su programa de radio La Hora Azul.
Sin embargo, cada 28 de agosto se celebra a la par en México el Día Nacional de las Personas Mayores y el Día del Abuelo, para recordarnos que no todos los abuelos son adultos mayores y no todos los adultos mayores son abuelos, reconociendo en ellos el trabajo en el núcleo familiar, la experiencia y su sabiduría.
En la actualidad se celebra con reuniones familiares en casa o salidas a un restaurante y, aunque la derrama económica no se compara con la del Día de las Madres, miles de familias aprovechan la oportunidad para festejar a los más grandes de la casa, incluso con nostalgia, cuando ya no están entre nosotros.
La mayoría de las personas considera tener un vínculo especial con sus abuelos, ya que se vuelven confidentes y protectores, incluso a espaldas de los propios padres. Además, muchos consideran que sus padres tratan con más cariño y paciencia a los nietos, lo cual pudiera atribuirse a la madurez y estabilidad emocional que llega con la edad.
Cabe destacar que, aunque no han sido publicadas estadísticas oficiales recientes del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) o el INAPAM (Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores) en cuanto a la edad promedio en la que los mexicanos se convierten en abuelos, hay una marcada tendencia a ver abuelos cada vez más jóvenes, alejados de los 60 años, considerada la edad de inicio de la tercera edad o de los adultos mayores.
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