Falta de fondos y rechazo a vacunas propician brote de sarampión en Texas

El brote de sarampión en el oeste de Texas, que ya suma más de 540 casos y dos niñas fallecidas, no fue accidental. La falta de financiamiento para programas de inmunización debilitó la prevención en al menos 20 condados, según autoridades. Estados Unidos erradicó esta enfermedad en el año 2000, pero los recortes presupuestales y el rechazo a las vacunas han allanado el camino para su regreso.

Texas, con una de las inversiones per cápita en salud pública más bajas del país, no ha aumentado su subvención estatal para vacunación en más de 15 años. En Lubbock, el apoyo apenas cubre el salario de una enfermera, cuando antes financiaba a un equipo completo. A la par, crece la cantidad de padres que optan por no vacunar a sus hijos: solo el 92.7% de los niños de kínder en 2023 recibió la vacuna triple viral, lejos del 95% necesario para evitar brotes.

El brote comenzó en comunidades menonitas con baja vacunación y desconfianza al gobierno, pero se extendió por toda la región. Clínicas como la del condado Andrews, con buena cobertura (97%), reciben pacientes de zonas cercanas como el condado Gaines, donde solo el 82% de los niños están inmunizados.

La crisis no es exclusiva de Texas. A nivel nacional, los programas Vacunas para Niños y Sección 317, pilares de la inmunización pública, no han visto aumentos significativos en años. Los CDC estiman que se requieren 1,600 millones de dólares para una cobertura adecuada; el Congreso aprobó menos de la mitad en 2023.

Además, los recortes ordenados por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., eliminaron fondos relacionados con el COVID-19, que también reforzaban la infraestructura de vacunación. Solo en Texas, se perdieron 125 millones de dólares. Algunos condados ya cancelaron decenas de clínicas escolares; otros enfrentan despidos. El condado Dallas canceló más de 50 jornadas, y en Nuevo México también se vieron afectados programas educativos.

Funcionarios alertan que, sin recursos ni campañas de concientización, será cada vez más difícil contener enfermedades prevenibles.