Despiden miles de fieles al Papa Francisco en la basílica de San Pedro
Desde primeras horas del miércoles, una fila interminable de fieles rodea la Plaza de San Pedro. Algunos vienen desde lugares tan lejanos como Filipinas, Argentina o Polonia. Todos con un solo propósito: despedirse del Papa Francisco, el pontífice que cambió el rostro del catolicismo.
Su cuerpo, trasladado en una procesión solemne desde la capilla de Santa Marta, ahora reposa bajo el majestuoso baldaquino de Bernini, justo frente a la tumba de San Pedro. La escena, sobrecogedora, está marcada por la humildad que tanto predicó el pontífice: un féretro sencillo, sin ornamentos, sin embalsamamiento. Solo él, su rosario, y el anillo de plata que nunca quiso cambiar.
Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita, pidió en vida que su despedida no siguiera los fastuosos rituales del pasado. Su funeral no será de Estado, aunque asistirán más de 170 delegaciones oficiales de todo el mundo. No descansará en las grutas vaticanas, sino en Santa María la Mayor, la iglesia donde rezaba antes de cada viaje apostólico.
Francisco nos deja, pero su espíritu se queda, dijo el cardenal Kevin Farrell al presidir la Liturgia de la Palabra, que abrió el velorio. Un momento cargado de emoción, al que siguieron rezos en múltiples idiomas en la Plaza de San Pedro y en las calles adyacentes.
La lista de asistentes al funeral es tan diversa como simbólica: desde Javier Milei, presidente de Argentina, hasta Donald Trump, Lula da Silva y Emmanuel Macron. La ausencia de Pedro Sánchez, en contraste, ha generado diversas reacciones. En su lugar asistirán los Reyes de España, miembros del gobierno y la oposición.
También confirmó su presencia el primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon, quien destacó el legado espiritual de Francisco para más de 1.300 millones de católicos en el mundo.
Con el funeral programado para el sábado a las 10:00, ya se proyecta la fase más decisiva para el futuro de la Iglesia: el cónclave. Aunque aún no hay fecha oficial, el proceso para elegir al nuevo papa arrancará entre el 5 y el 10 de mayo.
Los nombres más mencionados incluyen al cardenal Matteo Zuppi, de corte progresista y cercano a las ideas de Francisco, y al cardenal filipino Luis Antonio Tagle, quien representa una Iglesia joven y global. En el ambiente vaticano se respira un delicado equilibrio entre tradición y renovación.
El rito de cierre del féretro se llevará a cabo el viernes a las 20:00 horas. No habrá triple ataúd, ni procesión majestuosa. Todo sigue el deseo de Francisco: una despedida sencilla, sin lujos, centrada en la oración y el recuerdo.
Su legado, sin embargo, será imborrable: una Iglesia más cercana a los pobres, más abierta a los debates sociales, más conectada con el mundo real.
Compartir nota