Cómo una “flota oscura” de tanqueros ayudó al Cártel Jalisco Nueva Generación a construir un imperio de contrabando de combustible
Una investigación de la agencia Reuters reveló una compleja red internacional de contrabando de hidrocarburos que vincula a empresas de Estados Unidos y México con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), organización señalada por autoridades estadounidenses como una de las más poderosas y violentas del continente.
El caso del buque Torm Agnes
El 8 de marzo de 2025, el buque Torm Agnes ingresó al puerto de Ensenada con 120 000 barriles de diésel, pese a que ese puerto carece de infraestructura para la descarga segura de combustibles.
Una fila de camiones cisterna llegó rápidamente al muelle para cargar el combustible mediante mangueras conectadas directamente al barco. La operación —documentada en fotos y videos— fue ejecutada con precisión.
Sin embargo, en los documentos de carga el producto fue declarado como “lubricantes”, lo que permitió evadir más de 7 millones de dólares en impuestos del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
Los actores implicados
- Ikon Midstream, empresa con sede en Houston, adquirió el diésel en Canadá, lo hizo pasar por lubricantes y fletó el buque para entregarlo en México.
- Intanza, empresa registrada en Monterrey, figura como receptora del cargamento y es considerada por fuentes de seguridad mexicanas como una fachada del CJNG.
- Mefra Fletes, dedicada al transporte de hidrocarburos, participó en las maniobras de descarga y traslado terrestre. Camiones con su logotipo fueron captados en video durante las operaciones.
- Roca Fletes, compañía con vínculos comerciales y familiares con Mefra, también fue señalada por autoridades por proveer vehículos cisterna y logística en otros puertos mexicanos, principalmente en Guaymas y Tampico.
Detenciones y prófugos
En agosto, fue detenido Anuar González, exrepresentante legal de Mefra Fletes, acusado de participar en el tráfico ilegal de combustible.
Asimismo, un juez emitió orden de arresto contra Roberto Blanco, accionista mayoritario de la empresa, quien permanece prófugo y es considerado pieza clave en la conexión entre las firmas transportistas y el CJNG.
Las autoridades también investigan a exfuncionarios de la Secretaría de Marina y exagentes aduanales por presuntos sobornos que permitieron el ingreso de estos buques y la manipulación de los registros portuarios.
Un negocio más lucrativo que el narcotráfico
Según fuentes del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el contrabando de combustible ya representa la principal fuente de ingresos no narcóticos para los cárteles mexicanos.
Se estima que las operaciones ilegales equivalen a un tercio del mercado nacional de diésel y gasolina, con pérdidas fiscales que superan los 4 000 millones de dólares anuales para México.
El CJNG, además de traficar drogas y armas, ha consolidado un imperio energético paralelo, aprovechando vacíos legales, corrupción y rutas marítimas sin control efectivo.
Una red con implicaciones de terrorismo
La complejidad de la estructura —que integra financiamiento, transporte internacional y manipulación fiscal— ha llevado a autoridades de EE. UU. a catalogar al CJNG y otros grupos como organizaciones narcoterroristas.
Bajo ese marco, las empresas y personas que colaboraron o facilitaron operaciones logísticas y financieras podrían ser procesadas bajo leyes antiterroristas, con penas más severas y alcance internacional.
El caso Torm Agnes ilustra cómo el crimen organizado mexicano ha pasado de los ductos clandestinos a la explotación marítima global, y cómo una red de empresarios, intermediarios y funcionarios corruptos ha convertido el contrabando de combustible en un riesgo de seguridad internacional.
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