Colocan chimenea del Vaticano antes del cónclave papal
Antes de que los cardenales se reúnan en el cónclave, los bomberos instalaron este viernes la chimenea sobre la Capilla Sixtina, desde la cual se emitirá humo blanco para anunciar al mundo la elección de un nuevo Papa.
Unos 133 cardenales católicos se congregarán bajo los célebres frescos de Miguel Ángel, en la capilla del siglo XV ubicada dentro del Palacio Apostólico del Vaticano, para elegir al sucesor del Papa Francisco, fallecido el 21 de abril.
El cónclave comenzará el 7 de mayo. Celebrado a puerta cerrada, este proceso comunicará su resultado mediante la quema de las papeletas en una estufa especial: si no hay elección, saldrá humo negro; si hay nuevo Papa, humo blanco.
Cardenales de todo el mundo han sido llamados de regreso a Roma tras la muerte del Papa Francisco, el dinámico reformador argentino que condujo la Iglesia durante doce años.
Solo los cardenales menores de 80 años pueden votar en el cónclave, pero en los días previos a la elección, prelados de todas las edades se han reunido diariamente para reflexionar sobre los desafíos que enfrentará el próximo líder de los 1.400 millones de católicos en el mundo.
Entre los favoritos se mencionan al cardenal Luis Antonio Tagle de Filipinas, a Pietro Parolin de Italia —quien fue secretario de Estado bajo el pontificado de Francisco— y a Peter Turkson de Ghana.
Sin embargo, como advierte un viejo dicho romano: «quien entra al cónclave como Papa, sale cardenal», señalando que rara vez el favorito es elegido. «Creo que la Iglesia está en modo de oración, pero también debe ponerse en modo de sorpresa», dijo el cardenal Gregorio Rosa Chávez, de 82 años, a los periodistas al ingresar a la reunión del viernes por la mañana.
Entre la multitud de turistas y peregrinos en la Plaza de San Pedro, la instalación de la chimenea —un tubo metálico delgado con un extremo sellado— pasó en gran medida desapercibida. Pero muchos sabían que estaban presenciando un momento histórico.
De los 135 cardenales con derecho a voto, dos se han retirado por razones de salud.
El cónclave comenzará el miércoles a las 4:30 pm (8:30 am en CdMx), momento en el cual los cardenales jurarán guardar secreto sobre la elección, bajo pena de excomunión.
Ese primer día se realizará una única votación. El elegido —que técnicamente puede ser cualquier varón bautizado, aunque en la práctica siempre es uno de los cardenales— deberá obtener una mayoría de dos tercios, es decir, 89 votos.
Durante los días siguientes, se realizarán dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.
Si hay un Papa electo, las papeletas se queman en la estufa especial junto con sustancias químicas que producen humo blanco, señal inequívoca para el mundo de que la Iglesia ya tiene un nuevo sucesor de Pedro.
Si ningún candidato alcanza los votos necesarios durante la primera votación matutina, se procede a una segunda, y solo después de ambas se queman las papeletas.
La sesión vespertina sigue el mismo procedimiento: si hay elección, humo blanco; si no, una segunda votación y luego se queman las papeletas.
Si no hay Papa electo, el humo que sale por la chimenea es negro.
Este antiguo sistema de señales —que aún es la única forma en que el público se entera de si hay nuevo Papa— solía funcionar mediante la mezcla de paja húmeda con las papeletas para generar humo blanco, o alquitrán para producir humo negro.
Debido a varias ocasiones en las que un humo grisáceo causó confusión, el Vaticano introdujo un nuevo sistema en 2005.
En el último cónclave, en 2013, el Vaticano explicó que utilizó una mezcla de perclorato de potasio, antraceno y azufre para el humo negro, y clorato de potasio, lactosa y resina para el humo blanco.
En una esquina de la Capilla Sixtina se colocan dos estufas: una para quemar las papeletas y otra para los productos químicos. El humo de ambas se canaliza por una chimenea común, explicó entonces el Vaticano.
Los detalles del procedimiento para el cónclave de la próxima semana aún no han sido confirmados.
Con información de www.infocatolica.com
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