Obstáculos de la corrupción para resurgir a Pemex
La estrategia de rescate y modernización de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha sido trastocada por una serie de escándalos por corrupción que socavan la credibilidad del proyecto y desalientan la inversión privada. La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum desplegó un ambicioso plan financiero: un fondo de 250,000 millones de pesos, respaldado por banca pública y privada, con el objetivo de sanear las finanzas de la paraestatal y apuntar hacia su autosuficiencia en 2027.
Sin embargo, en menos de una semana, emergieron al menos tres casos notables que evidencian la persistencia de prácticas corruptas en la entidad. Destaca la detención de Carlos Treviño, exdirector general, en Estados Unidos por su presunta participación en el caso Odebrecht, y el incumplimiento por parte de Alonso Ancira del acuerdo reparatorio vinculado a la venta irregular de la planta Agronitrogenados, valorado en 216 millones de dólares.
Adicionalmente, el anuncio de la creación del fondo de rescate se ve afectado por la pérdida de confianza entre inversores. Casos como estos, sumados a denuncias internacionales —como la de empresarios texanos acusados de sobornar a funcionarios de Pemex mediante dinero, relojes y bolsas de lujo— agravan la imagen de corrupción estructural y limitan la renovada estrategia financiera.
Ante estos desafíos, Luz Elena González, secretaria de Energía, afirmó que cualquier caso de corrupción “será castigado con todo el peso de la ley” y añadió que las inversiones privadas serán bienvenidas siempre que se apeguen a la transparencia y al interés nacional.
La acumulación de estos eventos no solo complica el arranque del fondo de inversión, sino que también pone en duda la posibilidad de atraer capital privado y alcanzar la meta de que Pemex deje de depender del erario para 2027.
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