Acusan a los hermanos Treviño Morales de liderar el Cártel del Noreste desde prisión; EU solicita su extradición
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado formalmente a Miguel Treviño Morales, alias Z-40, y a su hermano Omar Treviño Morales, alias Z-42, de continuar dirigiendo operaciones criminales del Cártel del Noreste desde el Centro Federal de Readaptación Social Número Cuatro, en Tepic, Nayarit, donde ambos se encuentran recluidos.
La acusación, presentada a través de la embajada estadounidense en México, es parte del proceso de extradición que el gobierno de Estados Unidos ha solicitado para los hermanos Treviño. Se les responsabiliza de docenas de asesinatos, secuestros y actos de tortura perpetrados tanto por ellos como por miembros de Los Zetas y del Cártel del Noreste, con el objetivo de proteger sus operaciones de tráfico de drogas y fortalecer su organización criminal.
Esta solicitud de extradición no es reciente. En agosto, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ya había informado que el Departamento de Justicia esperaba la entrega de los Treviño Morales. Ambos han sido acusados de cargos graves, que incluyen operar una empresa criminal continua, conspiración para tráfico de drogas, uso de armas de fuego y lavado de dinero a nivel internacional.
A pesar de estar tras las rejas, los Treviño Morales continúan ejerciendo influencia sobre el Cártel del Noreste, una organización que ha heredado la brutalidad de Los Zetas, grupo armado que nació del Cártel del Golfo y que se separó en 2012. Según las autoridades, el cártel controla gran parte del norte de México, especialmente en zonas cercanas a la frontera con Estados Unidos.
Nicole Argentieri, Fiscal General Adjunta Principal de Estados Unidos, afirmó que los Treviño Morales dirigen una organización transnacional de narcotráfico responsable de actos de violencia extrema y del contrabando de grandes cantidades de narcóticos hacia Estados Unidos. Además, subrayó el compromiso del Departamento de Justicia para llevar ante la justicia a los líderes de los cárteles que amenazan la seguridad tanto de las comunidades estadounidenses como de México.
En un intento de frenar su extradición, la defensa de Miguel Treviño Morales, alias Z-40, presentó el pasado 15 de octubre una carta supuestamente escrita por su cliente y dirigida a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. En ella, Treviño niega ser el líder de Los Zetas y asegura que su caso se basa en una confusión de identidad. Sin embargo, las autoridades estadounidenses sostienen que tanto él como su hermano han estado al mando de una de las organizaciones criminales más violentas de México, involucrada en secuestros, extorsiones y asesinatos, además de tráfico de drogas.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) señaló que Los Zetas, desde su formación como brazo armado del Cártel del Golfo, se caracterizaron por utilizar la violencia extrema para asegurar las rutas de tráfico a lo largo de México, especialmente en zonas fronterizas. Daniel C. Comeaux, agente especial de la DEA en Houston, destacó que durante décadas, Los Zetas operaron como una de las organizaciones de narcotráfico más violentas en ambos lados de la frontera.
El caso de los hermanos Treviño Morales resalta el poder que aún ejercen los cárteles mexicanos, incluso cuando sus líderes están en prisión, y reaviva el debate sobre el papel de México en la lucha contra el narcotráfico internacional.
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