Informe revela impacto familiar de deportaciones en EU
Un estudio de la Iniciativa Kino para la Frontera, titulado Ellos no me dejaron decir adiós, revela que más del 44 % de 278 migrantes deportados entre mayo y julio recientes hacia Nogales, Sonora, había vivido en Estados Unidos por más de diez años. Este arraigo prolongado hace que las deportaciones provoquen rupturas familiares y afectaciones emocionales profundas.
El informe indica que 39.2 % de los deportados reportó haber sido separado de algún familiar, principalmente sus parejas o hijos, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses. También se advierte que estas políticas migratorias no sólo están afectando a quienes recién llegan, sino también a comunidades establecidas durante décadas.
Según el documento, el 57 % de los deportados vivía en territorio estadounidense al momento de su detención. Además, se identificó que 33 % de los casos comenzaron con detenciones de autoridades estatales o regionales, y la mitad de estas involucró al ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) en espacios públicos.
El informe destaca que, durante su traslado y detención, personas deportadas relatan condiciones de hacinamiento, negligencias médicas, exposición al humo tóxico, abusos verbales y físicos, y traslados prolongados en condiciones degradantes. Los autores señalan que estos hechos vulneran derechos fundamentales como la reunificación familiar, la salud emocional y la dignidad humana.
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